Al empezar una vida en pareja, son muchos los factores que se deben tener en cuenta para tener una convivencia agradable. Un tema bastante delicado, es la administración de las finanzas del hogar, que en muchos casos no se discute antes o después del matrimonio, pero sí puede llegar a ocasionar serios problemas en esa empresa, llamada hogar. Gastar el dinero de forma irresponsable, asumir deudas insostenibles o decir ‘mentiras’ financieras pueden convertirse en un verdadero dolor de cabeza.
La planeación financiera es la única forma de tomar conciencia sobre las necesidades económicas en el hogar y determinar las estrategias más apropiadas para lograr metas comunes. Al igual que las personas, el matrimonio tiene un ciclo de vida financiero (acumulación de capital, crecimiento de capital, preservación del capital y transferencia de capital), en donde el manejo de las finanzas es una tarea en la que hay que compartir.
No se puede olvidar que después del matrimonio, tu cónyuge se convierte en su socio financiero más importante. Y como en cualquier sociedad, las estrategias financieras en el matrimonio funcionan si se basan en la comunicación abierta, basada en la confianza.
Aquí te presentamos diez recomendaciones, que te ayudarán a prevenir esos problemas, antes de que se tengan que lamentar:
NO tengas secretos financieros
Lo más importante es decir la verdad sobre tus deudas, tus gastos, tus inversiones y tus hábitos de consumo. Si ambos conocen los movimientos financieros del otro, se ahorran malos entendidos y cada uno sabrá que es lo que el otro desea. También dará la oportunidad de definir cuáles son las prioridades para ambos y empezar a trabajar por hacer realidad sus sueños.
No hay que esperar hasta que se presente un problema para abordar el tema del dinero, pues otras emociones pueden opacarlo. Al momento de hablar estos temas vale la pena usar un lenguaje claro y tranquilo. Hay que evitar expresiones como “tu nunca me das suficiente” o “eres un tacaño”. También hay que ser flexible, generoso y buen negociante, de lo contrario puede haber una lucha de poder entre ambos, en la que se hieran susceptibilidades, causen frustraciones y hayan malos entendidos.
Ahorren conjuntamente
Es clave iniciar una cultura de ahorro de manera constante y periódica, y proteger el patrimonio construido. Los expertos coinciden en que, independientemente de los gastos fijos del hogar, ambas personas deberían destinar por lo menos el 10% de su sueldo como un ahorro. Estos recursos deben destinarse tanto para cumplir objetivos financieros de corto y de largo plazo, como para cubrir imprevistos.
Identifiquen metas comunes
Definir metas de corto y de largo plazo conjuntamente, así como crear presupuestos familiares, son algunas de las herramientas que facilitarán administrar tu vida en pareja. Lo que se debe buscar siempre es que ambos vayan en la misma dirección y trabajen por el mismo fin –ya sea programar las próximas vacaciones, comprar una casa, cambiar de carro, montar un negocio, volver a estudiar o planear una jubilación-.
Si se lleva un registro de ingresos y de gastos, podrán conocer cuál es su estado financiero cada día y comenzar a hacer una planeación.
Planeen su jubilación desde ya
Comienza a ahorrar para tu vejez desde joven. Recuerda que en muy pocos casos la pensión es suficiente para asegurar un ingreso parecido al salario que recibías antes de pensionarte, así que vale la pena preguntarse que maneras puedes utilizar para tener otras fuentes de ingreso cuando dejes de trabajar.
Entre más años te queden para pensionarse, puedes usar una política de inversión más agresiva, para hacer crecer tu capital.
Establezcan un fondo de contingencias
Reserven una parte de sus ingresos para un fondo de contingencias futuras, es decir enfermedades, accidentes, desempleo o cualquier problema que pueda presentarse. La idea es que los recursos de este fondo alcancen para cubrir por lo menos los gastos de la pareja por seis meses.
Inviertan
Asesorarse adecuadamente para invertir es otra de las recomendaciones de los expertos para no descuidar el aspecto financiero del hogar. La idea NO es guardar ese 10% que se ahorra (ya sea para cumplir sus metas o para el fondo de contingencias) debajo del colchón, ya que ese dinero va perdiendo valor por la inflación.
Es aconsejable abrir una cuenta a la vista, en la que se asuman bajos riesgos y que igual permita generar ganancias. NO se recomienda invertir los recursos destinados para contingencias en activos poco líquidos, ya que puede ser difícil salir a venderlos cuando se tenga una necesidad.
Repartan las responsabilidades
De la misma forma que se decide quién bota la basura, quién lleva los niños al jardín de niños o quién hace la comida, hay que definir la forma cómo se repartirán los gastos del hogar.
Así que lo que hay que hacer es compartir los gastos. Se recomienda asumir los costos fijos por persona y no dividiéndolos, esto quiere decir, que uno se encargue de pagar los servicios públicos y otro la cuota del apartamento. La idea es que ninguno se sienta abrumado con todos los gastos, ni que sienta que no tiene suficiente manejo de las finanzas del hogar. Se deben evitar desacuerdos y problemas.
Eviten la dependencia económica
NO resulta bastante sano que ambas personas cuenten con sus propios ingresos y no haya una dependencia económica ni autonomía. En una relación mediada por el dinero, puede resultar en sentimientos de inseguridad para el dependiente y en malos tratos.
Juntos pero no revueltos
Aunque se trata de la persona con la que has decidido compartir tu vida, a la hora de gestionar tus finanzas vale la pena distinguir entre lo que es ‘suyo’, ‘mío’ y ‘nuestro’. Hay que definir entonces si van a crear una cuenta colectiva en la que depositarán los ahorros para la compra de la casa o la educación de sus hijos.
Además, es conveniente tener unas cuentas individuales, para manejar los gastos propios a su discreción e incluso satisfacer uno que otro capricho. Esta última opción, no implica una pérdida de confianza con la pareja, ya que no tiene que ocultarse la existencia de este tipo de cuentas.
Firmen acuerdos
Aunque puede parecer poco romántico, los acuerdos antes del matrimonio permiten dejar las cuentas claras desde un principio.
Al firmar acuerdos, la pareja puede acordar que determinados bienes que normalmente harían parte de la sociedad conyugal, no lo sean. Por ejemplo, uno de los dos podrá dejar por fuera las acciones que tiene en una determinada compañía, el apartamento que recibió o el carro que acaba de comprar.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos acuerdos NO excluyen la sociedad conyugal, solo sirve para determinar que bienes la conforman y excluir otros.
Tomado de: http://www.finanzaspersonales.com.co por Paola Arias Gómez
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