Al escuchar “Alfa Romeo” es inevitable pensar en su cuore sportivo, en sus fascinantes modelos Torpedo 20/30 HP, 8C-2900 y Giulietta. «CADA VEZ QUE VEO UN ALFA ROMEO, ME LEVANTO EL SOMBRERO», HENRY FORD‏

Cultwork/Alfa Romeo

Al escuchar “Alfa Romeo” es inevitable pensar en su cuore sportivo, en sus fascinantes modelos Torpedo 20/30 HP, 8C-2900 y Giulietta, en las emocionantes carreras Mille Miglia, Targa Florio y 24 Heures du Mans, así como en los legendarios personajes Ugo Sivocci, Antonio Ascari, Tazio Nuvolari y Juan Manuel Fangio que han hecho el gran nombre de Alfa Romeo.

La historia comenzó en 1910 cuando nació ALFA –sociedad Anonima Lombarda Fabbrica Automobili–, que bajo la presidencia de Ugo Stella manufacturaba automóviles franceses Darracq en sus talleres de Portello en Milán.

Durante la Primera Guerra Mundial, el ingeniero civil Nicola Romeo compró ALFA y la convirtió en productora de material bélico. Con la llegada de la paz, extendió la empresa a nuevos capitales, cambiando la razón social a Alfa Romeo, y así puso en marcha la producción de tractores y material ferroviario, volviéndose al final en fábrica de automóviles especializada en los segmentos Gran Turismo y Deportivo.

El reto de la nueva empresa inició con un éxito inmediato: el 24 HP, un turismo convencional fiable y de fácil manejo. Diseñado por Giuseppe Merosi, este auto conquistó Italia y el mundo por su mecánica, prestaciones y por el placer de conducirlo, características que se convertirían en símbolos permanentes de la marca.

Al poco tiempo, los autos del taller de Portello ya competían con los adversarios más aguerridos para quitarles la palma del más veloz. Sin embargo, Alfa Romeo no lograba obtener el primer lugar en los rallies, incluso uno de los pilotos de gran experiencia, Ugo Sivocci, a menudo se encontraba en desventaja por la “mala suerte”, por lo que fue considerado el “eterno segundo”.

Para alejar la mala suerte en la Targa Florio de 1923, Sivo-cci puso un amuleto que constaba de un cuadrado blanco con un trébol de cuatro hojas en la parrilla de su RL, llevándose la primera victoria internacional para Alfa Romeo. De esta manera, los miembros supersticiosos del equipo se convencieron de que el amuleto tenía cierto hechizo.

Y para confirmar esta magia, meses más tarde, en septiembre de 1923, sucedió lo inesperado. En el Circuito de Monza durante las pruebas del Gran Premio de Europa, Ugo Sivocci sufrió un trágico accidente en el que perdió la vida. El P1 que conducía el piloto carecía del trébol y en este momento empezó la leyenda del Quadrifoglio. Así que a partir de 1924, las parrillas de los Alfa Romeo de competición están decoradas con un trébol de cuatro hojas y, en memoria de Sivocci, el cuadrado blanco fue sustituido por un triángulo como símbolo de ausencia.

Después de estos únicos momentos en la historia de una de las marcas más seductoras y con mayor tradición deportiva, Alfa Romeo sigue dando de qué hablar, ya que está cumpliendo un centenario de haberse consagrado a la creación de automóviles iconos en todo el mundo. Y con motivo de su aniversario, ha realizado una colección exclusiva de arte dedicada a sus seguidores: The Alfa Romeo Centennial Fine Art Prints Collection.

Esta iniciativa, fruto de la colaboración con Cultwork, pone a disposición de los Alfistas obras de Damien Pulain, Massimo Giacon, Marco Wagner, entre otros, quienes se inspiraron en los años gloriosos, la deportividad y el diseño inmortal de Alfa Romeo. Cada una de las 100 obras reproducidas interpreta la historia de la marca en cinco temas: Cars, los autos más significativos; Racing, una legendaria historia deportiva; Passion & Icons, la iconografía; Affiches, los carteles publicitarios más bellos; y Vintage, los modelos evergreen preferidos en todo el mundo. Esta exclusiva colección propone diferentes estilos artísticos y expresa la pasión, el diseño y el ingenio que existe detrás de la fabricación de los autos Alfa.

Tras un breve recorrido por la historia de esta legendaria firma que plasma en cada una de sus obras maestras el sello Made in Italy y su pasión por promover la cultura del automovilismo, puedo afirmar que un Alfa Romeo está hecho para las personas que consideran que conducir es un verdadero arte.

Cultwork/Alfa Romeo

«CADA VEZ QUE VEO UN ALFA ROMEO, ME LEVANTO EL SOMBRERO», HENRY FORD

Fuente: architecturaldigest.com.mx


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